lunes, 9 de marzo de 2009

Por primera vez la Nasa tiene como objetivo buscar vida extraterrestre

 

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Foto: AFP

Esta imagen de la Nasa muestra la sonda 'Kepler' antes de su lanzamiento.

La cámara más grande jamás enviada al espacio estaba prevista para despegar la noche del viernes de Cabo Cañaveral, en Florida (E.U.).

Su colosal sistema de sensores (equivalente a una cámara digital de 95 megapixeles) escudriñará el espacio exterior con una sola misión: encontrar planetas similares a la Tierra, que puedan albergar formas de vida.
La sonda 'Kepler' partiría impulsada por un cohete Delta II, que diez minutos después del lanzamiento la ubicaría en una órbita a unos 185 kilómetros de la Tierra. Luego, gracias a la activación de sus motores durante cinco minutos, abandonaría la Tierra para situarse en otra órbita, esta vez en torno al sol; y mientras la recorre, observar estrellas y planetas lejanos.

El proyecto 'Kepler' es la primera misión de la Nasa dedicada a la búsqueda de vida extraterrestre. Sin embargo, es apenas un segmento del plan de 15 años de esa agencia espacial para buscar e identificar los denominados 'exoplanetas': planetas que orbitan estrellas distintas a nuestro Sol.

Hasta 1995, nadie había visto uno. Pero desde entonces, se han identificado algo más de 300. Sin embargo, los exoplanetas conocidos hasta ahora son mayoritariamente gigantes gaseosos similares a Júpiter o Saturno, en donde es poco probable que la vida, como la conocemos, pueda sostenerse. Por eso, la esperanza de quienes tenían la responsabilidad de lanzar 'Kepler' es hallar, entre ellos, cuerpos rocosos a una distancia tal de su estrella que les permita mantener el agua en forma líquida.

'Censo planetario'

A diferencia de los observatorios terrestres -e, incluso, telescopios espaciales como el Hubble-, el telescopio 'Kepler' debe poder observar las estrellas de manera constante. La región escogida para el estudio es un pequeño fragmento de cielo, en la región de las constelaciones de Cisne y Lira de la Vía Láctea, en el que, sin embargo, pueden ser estudiadas cerca de cien mil estrellas similares al Sol.

"Observaremos una amplia variedad de estrellas, desde las pequeñas y frías alrededor de las cuales deben circular muy de cerca los planetas, hasta las más grandes y más candentes que nuestro sol", dijo William Borucki, científico de la Nasa.

El mecanismo de detección se basa en las alteraciones que debería registrar la luz de una estrella cuando un planeta pasa entre ella y el punto de observación. Aunque probablemente no alcance a captar demasiados detalles, el sistema es lo suficientemente sensible como para detectar cambios de luminosidad de hasta 20 partes por millón. Debe ser así, porque la alteración que produciría un planeta del tamaño de la Tierra al cruzar frente a su estrella ha sido comparada con la que produce una pulga al saltar frente a los faros de un automóvil.

El director del proyecto en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la Nasa, James Fanson, explicó: "Si este telescopio mirara un pequeño pueblo en la Tierra de noche desde el espacio, podría detectar las luces de una bombilla si alguien pasara por el frente".

El 'censo planetario' que realizará 'Kepler' les permitiría a los científicos de la Nasa saber si los planetas como la Tierra son la regla o la excepción, al menos, en nuestro lado de la galaxia.

De cualquier modo, se trata de cuerpos celestes increíblemente remotos. Para dar una idea de la distancia, la estrella más cercana al Sol, Alpha Centauri, se halla a 4,36 años luz de distancia, por lo que una nave espacial que se mueva a la velocidad a la que viajará 'Kepler' tardaría más de 80.000 años en llegar.

Para que un ser humano pudiera llegar en el lapso de una vida, la nave que lo transporta tendría que usar tal cantidad de energía que no podría abastecerse con ninguna de las fuentes conocidas por la tecnología actual de que dispone la humanidad.

'Mirones' espaciales

Pero si no podemos ir, por lo menos podemos mirar. Aunque en muchos casos estemos mirando al pasado. Algunos de los exoplanetas identificados son tan lejanos que la luz tarda más de mil años en llegar, por lo que la imagen que captamos hoy corresponde al planeta que era en los días de las Cruzadas.

Entonces, ¿para qué? Los científicos son categóricos en señalar que, independientemente de que el hombre carezca de la tecnología para comunicarse o, mucho menos, viajar a otros mundos, la sola idea de que se pueda hallar un planeta como la Tierra al otro lado de la galaxia cambiaría de manera dramática nuestra manera de pensar y de pensarnos. Al igual que cuando Galielo descubrió otros mundos al mirar por su telescopio, o cuando los astronautas del Apolo XI tomaron la primera foto de la Tierra desde la Luna, un descubrimiento en este sentido alteraría -dicen- la manera en que entendemos nuestro lugar en el Universo.

Varios de los exoplanetas han sido descubiertos en Colombia. Al Observatorio Astronómico de la Universidad de Nariño se le acredita el haber detectado a HAT-P-5b en Lyra, TRES-3 en Hércules y WASP-1 en Pegaso. El más lejano está a 1.300 años luz.

El astrofísico Alberto Quijano Vodniza, director de ese observatorio, explica que los tres exoplanetas detectados por ellos están tan cerca de sus respectivos soles que resulta poco probable que haya vida en ellos. Con todo, se dice muy optimista sobre las posibilidades de la misión de la Nasa.
"El valor que tiene una misión como la de la sonda 'Kepler' es que va a permitir saber si planetas como la Tierra son comunes o sumamente raros en el universo. La idea de los exoplanetas es muy antigua, pero detectarlos es supremamente difícil. Pero creo que, si no hay alguna falla técnica, esta misión será un completo éxito", indicó.

Pero no sería un éxito barato. A un costo de 600 millones de dólares, la misión 'Kepler' es la más osada iniciativa de observación espacial desde que se lanzó, en 1990, el telescopio espacial Hubble y se suma a los telescopios gemelos Keck, en Hawai, que con un peso de 300 toneladas y una altura de 15 metros -cada uno- son los más grandes del mundo entre los telescopios ópticos e infrarrojos.

Luego está previsto lanzar 'SIM' (Misión de Interferometría Espacial) que, según sus responsables, explorará el espacio para determinar distancias y posiciones con una definición varios cientos de veces más precisa que cualquier misión anterior.

Por último, y ya sabiendo dónde buscar, en algún momento de las próximas dos décadas, el TPF (Hallador Terrestre de Planetas) tomará las primeras fotografías de los sistemas solares 'vecinos'.

Solo entonces se podrá saber, en realidad, cómo lucen esos mundos lejanos y extraños. También, mediante espectrómetros, se podrá determinar la composición de sus atmósferas, buscando trazas de ozono, dióxido de carbono, vapor de agua... Quizás algún astrónomo asombrado descubra, en medio de la vastedad del espacio, un pálido punto azul y blanco.
Y entonces sí, solo quizás, sabremos que no estamos solos.
WILSON VEGA*
REDACCIÓN INTERNACIONAL
Con información de Efe

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